antifaz
Pensé que nunca llegaría ese momento, tampoco lo esperaba,
creí que no existía, estabas en mi cama, a mi lado,
como muchas otras veces, pero esta vez algo era diferente,
había algo extraño en el aire, extrañamente hermoso y dramático.
Quitaste el pesado antifaz que habías llevado por tanto tiempo cargado,
te descubrí, te mostraste generosa, como nunca, y de a poco,
tan lento como pasaban las horas dejaste tu corazón noble y herido a mi
disposición.
Podía preguntar cada puta duda que viniese a mi cabeza, lo ivas a responder, era doloroso, pero por fin comenzaba a entender lo que siempre creí no tenía explicación alguna.
El acertijo se iva resolviendo, e ivamos recorriendo nuestras vidas juntas,
ahora cada pasaje de aquella infancia me parecía más claro y más trizte,
tuve miedo a la verdad, temblé, pero aprete mis dientes y continué,
continué contando lo que sabía y escuchando lo que nunca ví,
o como tú decías, lo que quizás nos negamos a ver.
Pediste perdón y me caló hondo, bien bien hondo, y por un momento
odié haber tenido los ojos tan cerrados, pero luego entendí que de
ninguna manera podría haber visto el dolor,te habías enrrollado como
un chanchito de tierra y te admiré, admiré tú valor, admiré tu amor.
Nunca antes me había sentido tan protejida, ahora puedo creer que
nunca nadie me ha amado ni me amará como tú.
Amanecía de a poco y ambas sabíamos que cuando amaneciese nada sería
igual, nos sentiríamos tan livianas como una barca de papel, y seríamos
vulnerables otra vez, pero eso ya no importaba, estabamos juntas, juntas
para nunca más estar separadas, juntas en la eterniadad.
Hace 6 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario